Si ves que tu mascota mueve la cabeza de un
lado a otro, no quiere decir que no esté de acuerdo contigo es que hay algo en
sus orejas que le está molestando.
La forma que tiene tu mascota en decirte que
tiene algún problema en sus orejas es moviéndola o rascándosela o inclinándola.
Hay que saber que hay unas razas más
predispuestas a tener problemas en los oídos.
Los perros que tienen:
-
Orejas largas: tienen menor ventilación en los
oídos, crean humedad más fácilmente, dando así un hogar excelente para
bacterias y hongos.
Esto
suele pasar en razas como Cocker, Beagle,…
-
Mucho pelo: tienen gran cantidad de pelo en los
conductos auriculares y son más propensos a generar cerumen, en estas
condiciones es más fácil que tu mascota tenga otitis. Para evitarlo se
recomienda eliminar el pelo de dicha zona y aplicar productos para disolver el
cerumen.
-
Predisposición a padecer seborrea (‘caspa’): dichos perros tienen tendencia a producir más cerumen de
lo habitual, esto facilita la aparición de otitis. Recomendación:
limpiar oídos.
LAS CAUSAS
El origen de este problema es muy diverso,
puede ser por bacterias, hongos, parásitos, por cuerpo extraño, por alergia..
Aquí hablaré brevemente de las posibles causas.
1. Otitis parasitaria: Sarna auricular:
La sarna
es producida por un parásito que se aloja en este conducto porque encuentra
unas condiciones idóneas para alojarse allí. Puede ser una sarna sarcóptica,
notoédrica, otodéctica o demodecica.
La sarna
sarcóptica produce mucho picor, sobretodo en perros, y con frecuencia
en animales jóvenes. Puede pasar a las personas. El parásito protagonista es Sarcoptes scabiei var.
La sarna
notoédrica produce también mucho picor, sobretodo en gatos y puede pasar a
las personas. Producida por el parásito llamado Notoedres cati.
La sarna
otodéctica produce picor y es contagiosa. Afecta bastante a animales
jóvenes, tanto a gatos como a perros. Su protagonista es el parásito Otodectes cynotis. El cerumen que
presenta el animal es de color oscuro, similar
al café molido.
La sarna
demodécica no produce picor, excepto en casos donde las lesiones están
contaminadas. Hay una predisposición genética. Es más frecuente en animales
jóvenes. Su protagonista es el parásito Demodex
canis. Este parásito vive
normalmente en los folículos pilosos de la piel del perro. Hay dos hechos
importantes para que tu perro desarrolle la enfermedad: la genética y la disfunción
inmunitaria.
Para llegar a identificar estas enfermedades
los veterinarios observamos los síntomas del animal y las zonas afectadas para
poder diferenciar con otras enfermedades. Llegando a realizar pruebas cutáneas
como raspados o citologías
para poner nombre al parásito.
2. Otitis bacteriana:
Por norma general siempre suele ser secundaria
a otra patología. Se suele asociar
a la presencia de estafilococos.
El cerumen suele ser abundante y maloliente.
Hay que acudir al veterinario para recibir el
tratamiento adecuado.
3. Otitis micótica:
Producida por distintos hongos: Microsporum canis, Microsporum gypseum, Trichophyton
mentagrophytes, Malassezia
pachydermatis…
En la clínica diaria la más frecuente es la
otitis originada por Malassezia.
La Malassezia pachydermatis es una levadura, y produce un
cerumen marronaceo
con un olor característico que muchas veces viene acompañado con otitis
bacteriana.
Para identificar los distintos hongos y
levaduras se realiza un estudio detallado de las lesiones, examen microscópico
y un cultivo poder dar un tratamiento específico
para dicha otitis.
4. Otitis por cuerpos extraños:
Las causas por las que puede llegar a entrar
un cuerpo extraño en el oído de nuestra mascota son las siguientes:
-
La llegada del verano: cuando el perro vive o pasea por el
campo corre el riesgo de que se llene de maleza y de las famosas ‘espigas’ que
sin querer pueden introducirse en el oído provocando muchas molestias.
-
Los niños: a veces, muchos niños juegan con
nuestras mascotas y tienen la ocurrencia de introducir algún objeto en el oído
de nuestros amigos y causarles mucho dolor.
PREVENCIÓN
La mejor manera de prevenir estas patologías
es manteniendo a nuestros animales aseados, controlando los parásitos y
observando el más mínimo síntoma de alguna afección para actuar a tiempo.
Hay que limpiar los oídos con un producto
adecuado para nuestras mascotas, aplicar el producto estirando la oreja hacia
arriba, masajear (escuchando el sonido de chapoteo) y retirar secreciones con
una gasa o pañuelo. Nunca introducir bastoncillos, ya que lo único que
conseguiremos es introducir más adentro las secreciones.
Debemos secar bien los oídos después del baño.
No usar productos irritantes como alcohol,
agua oxigenada, yodo...si no han sido recomendados por su veterinario porque
podríamos causar graves lesiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario